ANECDOTAS

viernes, 10 de septiembre de 2010

MI VIDA EN LA NICHA, MI PRIMERA CASA.

La casa a la cual nos mudamos era de color amarilla clara, con un nombre algo extraño llamada “La Nicha”, dicho nombre estaba colocado al lado derecho de la puerta principal. Aquella casa tenía una sala de recibos, la antesala, dos cuartos, la cocina y el patio. Arriba quedaba otra casa (separado de la nuestra por medio del patio). La batea quedaba debajo de la escalera que daba hacia esa otra casa. Recuerdo que la cocina era “grande” (bueno, uno cuando es niño, todo lo ve grande). En esa cocina mi padre preparaba los pescados que él traía cuando se iba a pescar de noche. El -frecuentaba pescar nocturnamente cerca del pozo “La Catalina”. Ese era otro de los pozos más frecuentados de la época. Por cierto que un poco más allá, hacia el oeste, se hallaba otro pozo más grande y un poco más peligroso: “EL TORINO”.

Fuera de la casa, en la acera, había una mata de Almendrón. Recuerdo que mi madre con un martillo y a veces con una piedra, machucaba almendrones para sacarle la almendra. Mi hermano y yo hacíamos lo mismo. Eran momentos muy gratos, muy placenteros, felices…... Aparte de la puerta principal, había un espacio _ al lado izquierdo de la casa_ que era como la continuación del patio trasero, algo ancho. Creo que servía de garaje. La puerta de ese lugar estaba hecha de listoncitos. Allí estaban nuestros perros: Chicita, Frinfri, Natacha. Había una pila de agua. También recuerdo que la pared que hacía límites con el callejón que iba a dar hacia la casa del señor Terán, había una puerta. Quizás sería una puerta de emergencia.
Evoco una tabla de anime que me compraron mis padres con el nombre de YUKERY (escrito en forma diagonal) para correr olas en la playa. La playa más cercana para correr las olas era la playa “El Playón”. Era tremendamente hermosa para mí. Esa playa, para la época, era lo mejor. Hoy en día se llama “El Bajo”. Esa tabla de anime la amaba. Cierto día yo me encontraba bañándome en esa playa _había gran cantidad de personas_ y me la pidió prestada un muchacho. Fui corriendo a decirle a mi mama que si se la podía prestar (ella se encontraba muy cerca de allí con mis dos hermanos; me estaba cuidando) y me dijo que si. Fui corriendo y se la presté. Un buen día, al llegar de la calle, me conseguí mi tabla partida por la mitad: Mis dos hermanitos me la partieron. Fue muy triste para mí.
Me recuerdo el espejo grande que se encontraba en la cocina: se encontraba arriba clavado a la pared en donde se fregaba. Yo me peinaba y me veía mis “grandes patillas”. Allí también, una noche de tantas, mi papá estaba preparando una “Morena” que había pescado en el pozo “La Catalina”, la estaba cortando en “rueditas” y mi mamá estaba observando junto conmigo.

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