ANECDOTAS

viernes, 10 de septiembre de 2010

A COMPRAR EN LAS BODEGAS

Había una bodega llamada “El Once”. Yo iba siempre a esa bodega a hacer mandado. Allí conocí a los bodegueros Nelson, (muy parecido a Larry el de los Tres Chiflado), claro, más serio; el señor Alfonso, dueño del local, era blanco, de aspecto extranjero, tenía canas y se peinaba hacia atrás, era barrigón y siempre se la pasaba serio. Y, al señor Israel, que tenía problemas con uno de los brazos. No lo podía mover. Usaba lentes de aumento. Algo que me llamó la atención era que mi mamá siempre le mandaba una arepa asada de queso amarillo. Ella se la llevaba a la bodega y, otras veces iba yo a llevársela. Eran personas muy amables y cariñosas. Pero, es que él mandaba a hacer arepas a las señoras que vivían en Mare, pero se quejaba mucho porque no les hacían las arepas como el las quería. Mi mamá participó como otra más y, salio trasquilada. Claro, en vista de que el señor Israel se le quejó de las arepas, más nunca mi mamá le hizo arepas. Después que éste señor Israel se fue de la bodega, pusieron a trabajar un señor que le decían bigotes, claro: tenía sendos bigotes.

Una vez compré un paquetico de barajitas para llenar un álbum, y una de las barajitas me salió premiada. Una muchacha, llamada Belkis Piñero, fue conmigo a esa bodega a reclamar el premio. Y, ella pidió un suplemento de SUSY. Yo quedé patidifuso. No supe que pasó ahí.

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